Al día siguiente la opción elegida fue hacer otra vía ferrata. En este caso la elegida fue la Ferrata de la Canal del Palomo la cual nos obligó a dar un buen rodeo a la Sierra de Guara. Aproximadamente una hora y cuarto después de dejar Rodellar llegamos al aparcamiento donde dejamos el coche. A pocos metros comenzaba la ferrata.
Es mucho más entretenida que la de la del Espolón de la Virgen de Rodellar, con pasos más expuestos y verticales y con pasos que requerían ya un mínimo de flexibilidad o destreza.
Aún así está perfectamente equipada y no conlleva ningún problema el realizarla.
Por el camino nos encontramos con algún tritón en las pozitas de agua que había.