El día 5 de Agosto llegamos a Jodhpur, la llamada ciudad Azul, tras un viaje de 14 horas y media en un horrible autobús. Fue un viaje que nunca olvidaremos, realmente laaaaaargo.
Al llegar quisimos ir directamente al Hotel Megh Niwas en donde hay una oficina de turismo en la que contratamos un coche con conductor que nos llevaría a los sitios más importantes de la ciudad.
El rickshaw que nos cogió no nos quiso llevar al hotel que le dijimos y nos dejó en otro hotel. Por suerte estábamos cerca así que nos bajamos y comenzamos a andar, con el del rickshaw siguiéndonos, que sorprendentemente ya sabía dónde queríamos ir.
Finalmente llegamos andando al hotel y tras contratar la ruta, el propio conductor amablemente nos llevó hasta el Hostel en el que pensábamos ir a dormir.
El Hostel fue el Govin, que viene en la Lonely Planet. La verdad es que estaba bastante bien. Los dueños eran bastante amables y agradables y el Hostel tenía una cómoda terraza que era restaurante.
Nos metimos los cuatro en una habitación grandecita y nos fuimos al Mc Donald a comer algo rápido pues habíamos quedado con el del coche para empezar el tour.
Al llegar al Hotel Megh Niwas, el conductor estaba esperándonos en el coche, echándose una siestecita, jeje
Nos montamos y rápidamente nos fuimos a ver el palacio de Umaid Bhawan. Un palacio precioso e imponente que fue construido en 1929 para el marajá Umaid Singh.
Actualmente una parte es un Hotel, y no se permite el paso a los visitantes, a no ser que se esté alojado en él.
Tras ver el palacio nos montamos de nuevo en el coche, que estaba esperando en el aparcamiento, y nos llevó a la otra punta de la ciudad, a unos jardines con muchos templos dentro.
Unos jardines muy bonitos aunque un poco descuidados. Había templos por todos lados y un río lleno de nenúfares, que atravesaba el parque. Eso sí, el río estaba bastante sucio.
Estuvimos un buen rato dando una vuelta y protegiéndonos del sol pues eran las horas centrales del día y el sol apretaba con toda su rabia.
Desde aquí volvimos a coger el taxi y nos llevó al plato fuerte de la ciudad, el Fuerte de Mehrangarh.
El fuerte es realmente impresionante. Tanto el fuerte en si como el lugar en el que se alza por encima de la ciudad.
Cogimos la audio guía y con ella estuvimos buena parte de la tarde viendo todas y cada una de sus estancias. Un lugar muy bonito y totalmente recomendable.
Desde la parte más alta hay unas maravillosas vistas de la ciudad, pintada en gran parte de azul, haciendo honor a su sobrenombre. Esta tradición de pintar las casas de azul parece venir de que el azul ahuyenta a los mosquitos y el calor. Esta tradición la iniciaron los brahmanes pero actualmente la siguen todas las castas.
Al salir cogimos el coche de nuevo y rápidamente fuimos al cercano mausoleo de Jaswant Thada pero al llegar estaba ya cerrado, se nos había hecho tarde.
Con esto se daba por terminado el tour y el conductor nos dejó, tal y como le pedimos, cerca de la torre del reloj, que es el centro de la ciudad y en donde hay un gran bazar llamado Sardar Market.
Estuvimos un buen rato mirando las tiendas y comprando alguna cosa. También aprovechamos para mandar algún mail a la familia y Lara se estuvo comprando unas camisas a medida.
De ahí nos fuimos a un restaurante, recomendado por la Lonely Planet, en donde disfrutamos de una buena cena con música en directo y unas increíbles vistas del fuerte iluminado, desde su terraza. Para Patri y para mí era la primera comida en condiciones ya que al medio día solo habíamos comido una mini hamburguesa.
Al salir nos despistamos ya que el restaurante está un poco escondido entre callejones, y nos metimos por unas calles oscuras estrechas y desérticas. Tras un rato de tensión y alguna vuelta de más salimos de nuevo a la calle principal de la torre del reloj. La verdad es que nunca iría por calles como esas aquí en España pero, aunque parezca mentira, nunca tuvimos la más mínima sensación de peligro allí.
Al llegar al hotel nos echamos a dormir rápidamente ya que por la mañana teníamos un autobús a Jaisalmer, nuestra próxima parada. El billete nos lo gestiono el dueño del Hostel.
Pasamos una noche bastante mala debido al recurrente problema del aire acondicionado, que lo hicieses como lo hicieses te daba de lleno y te congelabas, o lo apagabas y te cocías de calor y sudor.
A la mañana siguiente cogimos un rickshaw hasta la parada de autobuses, que volvía a ser un callejón. Y tras un rato de espera nuestro autobús partió. De nuevo el autobús era una chatarra sucia y de nuevo el viaje de unos 200 km nos llevó unas 5 horas.