Este puente dejamos aparcados los neoprenos y las cuerdas de escalada y sacamos del armario las bicicletas. Nuestro objetivo era hacer parte del camino francés del camino de Santiago.
Tardamos varios días en concretar desde donde saldríamos. Queríamos tomárnoslo como un reto personal con lo que no queríamos pecar de etapas demasiado cortas. Pero claro, nuestra experiencia en ir de ruta con la bici es nula, y nuestra preparación muy escasa, con lo que nos daba miedo pasarnos de kilometraje y quedarnos por mitad del camino sin poder llegar a Santiago de Compostela.
El mes previo estuvimos haciendo algunas salidas con la bici los fines de semana. Lo más duro que hicimos rondaría los 80km con gran parte de pista de tierra, y partes de esta en muy mal estado. El problema es que el día que hacíamos eso, llegábamos a casa reventados. En el camino tendríamos que hacer etapas similares, pero varios días seguidos y con las alforjas lastrando la bici.
Finalmente nos tiramos a la piscina y decidimos salir desde Burgos. Eran casi 500 km a completar en un máximo de seis días y medio. Es el tiempo que teníamos así que no podía haber retrasos. Así que alquilamos una furgoneta para ir hasta Burgos.
Inicialmente éramos cinco los integrantes del equipo pero causas diversas al final quedamos tres. De los tres, Luis iba mucho mejor de forma aunque él lo negase. Al final se demostró.
La aventura comenzó el día 11 de Mayo. Tras salir de currar me fui a buscar la furgoneta que habíamos alquilado. Habíamos cogido una grande, pensando en 5 personas y 5 bicis. Ahora éramos solo 3 y encima no tenían justo la furgo que pedimos y nos dieron una más grande, vaya camión !! Solo nos faltaban los malacatones.
Entre unas cosas y otras nos dieron las 5 cuando quisimos salir de Madrid. Cogimos carretera y sobre las 19:30 estábamos en Burgos. Aparcamos cerca del albergue de peregrinos. Nos acercamos a preguntar y o sorpresa, sus 150 plazas estaban llenas. Nos comentan que han abierto un polideportivo a las afueras de Burgos para poder dormir. Ok, miramos donde dejar la furgo y tras un buen rato descubrimos que hay que dejarla en la estación nueva de trenes que también esta a las afueras, pero para el otro lado !!!
Nos ponemos en marcha y tras dejar la furgo nos montamos ya en nuestra caballería camino de nuevo del centro. Damos una pasada más que fugaz por la zona de la catedral y cenamos algo en una terraza cerca de la catedral. Como era de esperar la cena estuvo bien cobrada.
Tras cenar corriendo a buscar el polideportivo que nos habían dicho que cerraban a las 11 y ya nos habíamos pasado un rato. Al llegar un hombre muy amable nos invita a pasar y nos muestra la pista de futbito cubierta en donde podemos pasar la noche. Hay otras 5-6 personas, ya durmiendo.
Como era de suponer no dormimos muy bien sobre el suelo, usando de aislante una simple manta. Estaba….un pelo durillo.
Por la mañana con los huesos bien doloridos emprendimos el camino, con bastante tranquilidad. Teníamos todo el día y muchos kilómetros por recorrer.
Durante toda esta etapa cogimos buenos caminos, con poco desnivel, y no demasiada gente así que íbamos rápidos. Algunos trozos eran de carretera, lo que se agradecía y nos ayudaba a sumar Km rápidamente.
Tras unos 30 Km paradita para desayunar de nuevo, esta vez un bocata y una cañita. Y rápidamente a continuar el camino.
Cuando llevábamos unos 40 km vimos al fondo la que sería la primera cuesta de verdad de nuestro camino.
Una cuesta de un par de Kilómetros, o menos, pero que tenía una inclinación bien interesante.
Esto bajo el señor Lorenzo que nos estaba acompañando en todo su esplendor durante todo el día hizo que sudáramos como unos cerdos. Eso si, las vistas una vez coronada la cuesta merecían la pena.
Y tras la cuesta….un cuestón igual para abajo y rectas, muuuchas rectas durante todo el día.
Echamos en falta un timbre para la bici ya que teníamos que ir pegando gritos a los peregrinos que iban andando para que se apartasen. Por el camino algunas curiosidades, como peregrinos con sus perros (peregrinos también), y cada uno con su mochila / alforjas.
Seguimos el camino a su paso por Plasencia. Casi todo el rato por pistas anchas y en buen estado por las que se iba bastante bien.
Tras unos 80 Km llegamos a Carrión de los condes. Era medio día y ya estábamos bien cansados. El culo llevaba ya varias horas quejándose y en el caso de Mara y mío llevábamos el cuello reventado. Era el primer día y ya nos dolía el culo y el cuello a rabiar, pues estamos buenos !!
Entramos en una tiendecita a comprar unas vieiras típicas de peregrino, para irnos metiendo…jeje, y yo me compré un parche con el símbolo del camino de Santiago (la vieira amarilla) para coser en las alforjas. Pero al señor Luis se le olvidó el hilo, y mira que se lo puse en una lista que tenía que llevarlo….así que nada, lo sujeté con un imperdible, y como es lógico, no se perdió hasta Santiago.
Tras las compritas tontas entramos a un restaurante a comer como unos señores, y a tomarnos una cerveza bien fresquita que nos lo habíamos ganado.
Tras comer un buen menú del día salimos fuera y refugiados en la sombra de una iglesia estuvimos descansando cerca de una hora. Este era el objetivo de nuestra primera etapa pero ya que teníamos día por delante decidimos seguir para intentar ganar kilómetros, que nos vendrían bien más adelante. Así que volvimos a coger las bicis y continuamos el camino.
Tras este pueblo hay unos 20 Km que son prácticamente una recta. Infinita, aburrida, interminable….un infierno vamos. Por el camino encontramos unas gafas y poco después dos…¿francesas? que una de ellas resultó ser la dueña. Le di las gafas y me dio un abrazo y dos besos, como si la hubiese salvado la vida, debían ser muy caras, jeje. La amiga ya aprovecho también para pedir agua. Las pobres iban reventadas por la recta esta infernal, y aún les quedaba un trozo.
Continuamos y poco después llegamos a Calzadilla de la Cueza, un pueblo de un puñado de casas en mitad de la nada. Preguntamos en el albergue y nos dijo que no había sitio pero que nos podía sacar unos colchones a un porche que tenía. No lo pensamos mucho y lo aceptamos. Después del duro suelo del polideportivo del día anterior esto era un lujazo. Nos costaría 7 € por barba.
Desmontamos las bicis y nos fuimos a pegar una ducha. Fuimos a los baños, y no se muy bien por qué pero todos supusimos que habría otro baño para mujeres así que no nos cortamos mucho. Resultado: que mientras Luis se secaba en mitad del baño, como su madre le trajo al mundo, entro una mujer. La verdad es que no se escandalizó, no debía de gustarle mucho lo que vio, jaja (es broma eh!!). Nada, una anécdota.
Tras la reconfortante ducha nos salimos a la calle a una banquito y poco después vino un camión vendiendo fruta. Compramos una sandía y unos plátanos, y nos ventilamos la primera en un ratillo.
Al ratillo nos fuimos al bar del pueblo a comernos un buen bocata para cenar y vuelta al albergue. Al volver teníamos nuestras “camas” preparadas. Unos colchones en el suelo con unas mantas. Rápidamente nos metimos en las camas, estábamos reventados. A nuestro lado había unos cuantos más como nosotros. Un italiano (mu pesao) unos suizos y algún otro más de por ahí….españoles la verdad es que era complicado encontrar.
Datos de la etapa:
Inicio: Burgos
Fín: Calzadilla de la Cueza
Kilómetros: 99,5 Km
Desnivel acumulado: 723m
Tiempo pedaleando: 5h 53m
Velocidad media: 17 Km/h
Track: DESCARGAR
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