Otra de las visitas obligadas de la zona es Arundel. Este pequeño pueblo tiene un magnífico castillo que merece su visita. Está conservado perfectamente y tiene decenas de habitaciones completamente vestidas y con los muebles de la época.
Es muy llamativo lo altas que eran las camas, que parece que tenían que subir de un salto.
El castillo también tiene unos enormes jardines con preciosas fuentes y flores, y una zona con invernaderos y todo tipo de hortalizas. Desde los jardines también se puede vislumbrar la catedral del pueblo, que también es impresionante.
A las afueras del castillo hay un canal de agua lleno de patos y cisnes que si llevamos pan o algo por el estilo no nos los quitaremos de encima. Si continuamos un rato llegaremos a un lago con barcas, tipo retiro (aunque más campestre) con más patos, cisnes y gaviotas…realmente toda una invasión.
El pueblo es precioso y si se está por la zona me parece una visita obligada, aunque la entrada es cara. Hay varios tipos de entrada, depende de lo que quieras ver. Si se va merece la pena coger la mejor de todas, que es la que nos da acceso a las habitaciones.
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