Precioso cañón situado en Riodeva, localidad de la provincia de Teruel.
Tras un par de vueltas por el pueblo, y preguntar un par de veces, encontramos el camino a tomar.
Tras un buen trozo, en el que a veces se pone chungo para el coche, llegamos hasta un sitio en que el camino se acaba ya que acaba en el mismo rio. Aquí dejamos el coche, nos cambiamos y empezamos a ascender hasta la cabecera del cañón. Hacía mucho frio y había estalactitas de hielo por todos lados.
Tras aproximadamente hora y media andando llegamos al principio del cañón y empezamos el descenso.
Tiene un par de cascadas preciosas, sobretodo la primera que nos encontramos. Además, este primer rapel por ejemplo se puede volver a subir y bajar.
Encontrandonos rapeles helados que eran pistas patinaje, estalactitas de hielo y plantas incrustadas en una gruesa capa de hielo. Muy curioso ante todo, pero no apto para frioleros.