Tercer fin de semana del año que nos acercamos a Gredos. Al llegar vemos como la guardia civil está multando a dos chicos que han pasado la noche en una tienda tirada sobre el asfalto, entre dos coches….igual que nos pasó a nosotros hace años. Pues que lo sepan, 50 € para cada uno….

Tras el camino tortuoso de los Barrerones llegamos al refugio. Nos pusimos los pinchos y nos pusimos en marcha. El objetivo era la vía Nacho que sube al Casquerazo por su cara Norte. Pero el día no salió como teníamos pensado.

Subimos hasta la base del Casquerazo abriendo huella. Hacía muy buen tiempo pero mucho frío.

Muuuuucho frío…… No creo que subiésemos de los 2-3 bajo cero en todo el día, y no nos dio el sol en ningún momento.

Llegamos a la base del Casquerazo y tras consultar concienzudamente el libro de Desnivel que teníamos, tuvimos claro cual era la vía Nacho.

Montamos un seguro, y me pongo a subir primero…

Mal, pinta muy mal. Según el libro es un III por lo que debería ser muy fácil, pero de fácil no tiene nada. En cuanto puedo meto un friend y subo de mala manera otro par de metros; otro friend. ¿Y ahora qué?

Estoy en una zona de unos 60º en los que solo hay roca lisa cubierta de nieve polvo, y roca cubierta de 1 cm de hielo…. ni puedo clavar un piolet, ni puedo agarrarme con las manos. Al ver tan poca nieve voy con solo un piolet sacado pero echo en falta el segundo para intentar subir a una plancha de hielo.

Tras 4-5 intentos decido no jugarme más el tipo y vuelvo a bajar, no sin dificultad.

Ahora es Lara quien lo intenta. Llega fácilmente hasta donde yo estaba y tras no pocos intentos consigue subir un poco más. Mete un clavo para asegurarse y ahora se enfrenta a otro paso más complicado aún.

Tras un buen rato de intentos intenta darse el paso a base de tirar de brazos, se agarra a un pedrusco y este resulta estar suelto y lo tira para abajo. Bueno, increíble ver una piedra del tamaño de un microondas cayendo montaña abajo, y pasándote a dos metros. Comenzamos a pegar gritos para avisar a todos los que subían. Por suerte no le pasó a nadie excesivamente cerca.

Mientras, Lara hacía todo lo posible por no caerse. Entre el esfuerzo que hizo por no caerse y el canguele de ver caerse la piedra decidimos dejarlo por imposible. Cambio el clavo que había metido por otro más pequeño y bajó rapelando con cuidado.

Más tarde vimos que el problema es que faltaba muchísima nieve. Con mucha más nieve hubiera sido un paseo.

Así que decidimos pasar a la segunda parte del plan, que era ir a la cascada Dificil, donde el fin de semana pasado se había caído un chico, a subirla, pero habiendo asegurado una cuerda antes, subiendo de segundas.

De camino una fotito a los siempre imponentes Hermanitos

Al llegar a la cascada vimos que estaba muy mal, con muy poco hielo, mucho menos que la semana anterior. De todas formas subimos por la derecha de la cascada buscando la cabecera pero no fuimos capaces de llegar. Todo era una capa de hielo y estaba bastante mal.

Así que bastante tocados por dos fracasos seguidos empezamos a bajar camino del refugio, pero al pasar cerca de la cascada Feróz decidimos gastar el último cartucho y por lo menos hacer un poco el tonto en ella. Era ya tarde pero aún teníamos un par de horas de luz así que fuimos a la parte superior de la cascada, montamos una reunión y rapelamos hasta su base.

Desde ahí subimos una vez cada uno la cascada. Así asegurados fue fácil, aunque mi piolet de travesía no ayudó mucho, menos mal que tenía la maza.

Tras subir Lara ya desmontó la reunión y bajó andando por su lateral. Y de ahí camino de vuelta hasta el coche. En esta ocasión llegamos de noche al coche.