Con un fín de semana fantastico por delante, y sin las niñas, la única opción que nos quedaba a Lara y a mí era la de pegarnos un fin de semana de «machacas».

Tras asegurarnos que el pirineo está aún en alto riesgo de aludes, y barajar la opción de ir a hacer el canuto de la cara norte del Veleta, decidimos tirar para Gredos y hacer la llamada Integral de Gredos.

La integral de Gredos supone dar la vuelta al Circo de Gredos, pasando por sus cumbres, o cerca de ellas.

En nuestro caso el planteamiento era el siguiente:

• El viernes iríamos tras el curro a la plataforma de Gredos, y desde ahí subiríamos a las ruinas del refugio del Rey, a dormir.
• El sábado nos levantaríamos pronto y daríamos la vuelta casi completa al circo de Gredos, empezando por el Morezón, luego hacia los tres hermanitos, el Casquerazo, Almanzor y Galana. La idea era llegar a la Galana, o al collado que hay justo antes (Venteadero) y dormir por allí.
• El domingo seguiríamos, llegando hasta el pico de Cabeza Nevada, y después regresar hacia la plataforma de Gredos.

Este planteamiento suponía unos 20 Km de recorrido con unos 1.800m de desnivel positivo acumulado. No parece mucho pero sabíamos que había muchos trozos muy escarpados y con pasos técnicos que harían que avanzasemos muy lentos.

Dicho y echo, cargamos las mochilas, que en mi caso se iba a unos nada despreciables 21 Kg, y tras salir de currar nos fuimos a la plataforma de Gredos. Eran las 18:40 cuando echamos a andar, y a las 20:00 h estabamos plantados enfrente de las ruinas del refugio del Rey. Era ya de noche y la luna llena nos acompañaba así que montamos la tienda junto al refugio, nos hicimos la cena y a dormir, que nos quedaba mucho fín de semana por delante….¿o no tanto?

Tras una noche en la que yo no dormí nada debido a mis pies que no consiguieron coger calor en toda la noche (gran error el confiarme y quitarme los botines), nos levantamos, ya de día, desayunamos y recogimos el chiringuito. El amanecer nos dejó algunas bonitas fotos, como no podía ser de otra forma.

Empezamos a andar a las 7:50 de la mañana. Desde el refugio tuvimos que remontar una loma para después cruzar el circo de los Corredizos y después subir al Morezón, desde el que realmente entrabamos en el circo de Gredos.

Llegamos al Morezón a las 8:30 de la mañana, y con este pico alcanzabamos sus 2.395m. Desde él teníamos una magnífica vista del circo de Gredos.

A partir de este punto se acababa lo facil y entrabamos en la parte complicada de la ruta, que duraría hasta alcanzar el Almanzor, donde de nuevo volvería a ser un camino cómodo.

Tuvimos que ir avanzando por varias crestas, sobrepasando varios picos: Risco de las Hoyuelas, el Enano, la Campana, la Ventana, los Cerraillos, los tres Hermanitos y el Perro que Fuma.

Todos estos picos los fuimos sobrepasando justo bajo sus cumbres, por una leve huella que avanzaba, primero por la cresta, y luego por la ladera, unos pocos metros abajo. La primera parte fue muy cansada ya que había un par de puntos que la nieve casi desaparecía y se convertía en destrepes y pequeños pasos de escalada en roca, que darlos con el mochilón y los crampones, los hacían muy cansados.

La segunda parte, por la ladera, consiguio machacarnos el tobillo derecho, que es el que iba en la parte de fuera de la ladera, debido a la pronunciadísima pendiente que había, de unos 45º durante casi todo el rato, y en ocasiones llegaríamos a cerca de los 55º o 60º. Esto unido a que la nieve en algunos sitios estaba bastante blanda hizo muy complicado avanzar ya que había puntos realmente peligrosos.

Cuando llegamos al Casquerazo, lo rodeamos bastantes metros más abajo de su cumbre y luego remontando hasta llegar a la Portilla de los Machos. En este punto llevabamos una buena paliza encima pero ibamos muy bien de fuerzas. Eran cerca de las 11 de la mañana y habíamos avanzado más de lo que era de esperar así que empezabamos a plantearnos el que era posible realizar la travesía entera en el día y así no tener que hacer otra noche.

A partir de aquí empieza el cuchillar de las Navajas, el cual acaba en El Sagrao (2.592m). Este cuchillar era otro de los puntos clave y complejos de la ruta ya que había mucha nieve y todo el camino era un mixto de nieve y piedras en el que había alter pequeños pasos de escalada, con ir saltando de piedra en piedra.

Todo fue más o menos bien, siguiendo los hitos y una debil huella, cuando había nieve, hasta que estuvimos casi al final, a los pies de El Sagrao. Cuando llegamos, el «track» que llevaba en el GPS nos indicaba que debíamos pasar esta cima bordeandola por su ladera norte, pero eso era imposible. Esa ladera consistía en un mixto de roca y hielo de unos 70º de inclinación en algunos puntos.

En verano según tengo entendido hay una repisa muy expuesta, pero por la que es posible pasar. En invierno… esa repisa no existe, tapada por la nieve y el hielo. Todo esto lo he deducido una vez de regreso a casa.

Según estabamos, por donde decía el GPS era imposible así que decidimos seguir adelante, ascendiendo El Sagrado. Esta ascensión eran unos 20 metros de escalada en roca, que de nuevo con crampones y mochila, se convirtio en un castigo. Al llegar a la cima, o una pre-cima vimos que no había salida. Nos encontramos con un cortado delante nuestra y no vimos muy claro si aún pasando eso con un rapel luego ibamos a poder continuar.

Visto que no podía ser volvimos a descender de la cima y vuelta a sopesar el supuesto paso… de nuevo desestimado. Probamos a descender un poco por la vertiente sur para ver si había alguna opción, pero a estas horas la nieve estaba muy blanda ya y estaba todo muy peligroso. Nos jugamos un poco el tipo bajando por la vertiente, pero vimos mucho más peligroso intentar pasar El Sagrao por ese lado, así que vuelta a subir al cuchillar, con el consiguiente desgaste.

En este punto a mi me daban ya calambres cada vez que levantaba la pierna por encima de la cintura así que decidimos sentarnos en una gran roca a descansar y comer mientras pensabamos que hacer. Eran las 12 del mediodía y el sol calentaba de una manera descomunal. El termometro marcaba 29º al sol, a una altura solo un puñado de metros menos que el Almanzor.

Al final, mientras comíamos dimos por imposible el paso y decidimos dar por terminada la ruta. Decidimos volver al coche, ya que nos daba tiempo a volver a Madrid a una hora razonable.

Así que dicho y echo, deshicimos todo el Cuchillar de las Navajas hasta la portilla de los machos. Fue horrible la vuelta, ya bien harto de ir pegando saltos por las piedras. Y desde dicha portilla ya solo nos quedaba descender toda la canal hasta la laguna y de ahí el ya más que conocido camino por los barrerones hasta el coche.

Al coche llegamos a las 17:15 con lo que nos dio tiempo de sobra para recoger todo e irnos a Madrid a cenar.

Aquí podeis ver un mapa en el que se ve:

• En azul: La ruta a groso modo que queríamos hacer
• En verde: El camino que seguimos el viernes (Plataforma-Refugio del rey) (1:25 horas)
• En Rojo: El camino desde el refugio del rey hasta el punto en que no sonseguimos pasar. En El Sagrao (4:10 horas)
• En amarillo: La vuelta desde El Sagrao hasta el coche (3:15 horas)

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