Nuevo fin de semana de buen tiempo y nuevo madrugón. A las 5:30 de la mañana del sábado estábamos ya de camino a Gredos, a nuestra conocida plataforma.
Dos horas y poco después llegábamos. Hacía frío, unos 3º bajo cero, pero eso no impedía que hubiese un buen número de coches. Nos equipamos y a andar por el camino de siempre.
Dos horas y pico más tarde llegábamos al refugio. Había algo más de nieve que en nuestra última visita, dos semanas atrás, pero no mucha más. De nuevo la laguna nos pegó un buen susto al pasar por encima, con un horrible «crack».
En el refugio nos pusimos «lo pinchos» mientras terminábamos de concretar el plan.
El plan era subir al cuchillar de las Navajas por la «Canal Fácil». Una vez arriba bajaríamos por la portilla de los Macho hasta media ladera y si íbamos con tiempo y ganas subiríamos al Casquerazo por la vía «Nacho» que es la más fácil (III).
Comenzamos a andar hacia la portilla de los machos y cuando lo vimos oportuno nos empezamos a ir un poco a la derecha para posicionarnos bajo la canal fácil. Según llegábamos vimos que había dos personas escalando una cascada, la «Cascada difícil»…¿Quién ha puesto estos nombres tan originales?….en fin.
El tema es que justo cuando llegamos a la altura de estas dos personas, la que estaba encaramada en la cascada se cayó dándose un trompazo enorme contra el suelo. Lo vimos a unos 4 metros nuestros. Resultado…tobillo roto, o eso creemos a un 99%. El chaval cayó de pie pero el suelo era una plancha de hielo así que el trompazo fue de órdago. Menos mal que cayó de pie, si llega a caer de espaldas o algo así hubiese sido peor.
Pensando luego la situación nos pareció que cometió un error. Tenía un par de seguros muy cerca del suelo, para evitar terminar en el refugio, pero luego había subido demasiado sin asegurarse. Así que cuando quiso poner un seguro (y se cayó), llegó hasta el suelo, sin que la cuerda le parase lo más mínimo. Debería haber puesto el seguro antes. Pero bueno, siempre es fácil hablar a toro pasado.
Fuera como fuese estuvimos ayudándoles un poco a ponerle «cómodo», drogarle un poco para sobrellevar el dolor y recoger algo el material. El compañero se fue al refugio a llamar al helicóptero. Estuvimos un ratillo más haciéndole compañía y al final nos fuimos ya que tampoco podíamos hacer más.
Desde ahí superamos un pequeño resalte helado y continuamos ascendiendo hasta un paso que se supone que es una simple pala de nieve. Pero no, estaba todo helado y el paso de fácil no tenía nada. Así que nada, a sacar todos los cacharros y cuerdas.
Lara empezó a subir de primero y las pasó bastante putas ya que no estamos acostumbrados a estos marrones y los gemelos no le aguantaban tanta caña. Pero poco a poco, fue superando el paso. Mientras llegaron hasta nosotros varias personas.
Una vez superado el paso, reunión y era mi turno. En mi caso no lo pasé tan mal al ir de segundo.
Cuando estaba dándome yo el siguiente largo por la pala, ya de nieve, apareció el helicóptero. La verdad es que es impresionante ver el follón de nieve que lía, y el control que tiene esta gente. Se acercaron y subieron al accidentado. Después el helicóptero bajo hasta el refugio, paró un momento y se fue hacia la civilización. Al rato volvería a recoger al compañero (suponemos que sería el compañero); la verdad es que nos sorprendió esto. Y en este caso el helicóptero apoyó un patín en una roca mientras el resto del aparato estaba en el aire. Impresionante.
Desde aquí nada excesivamente complicado. Una pala de nieve con bastantes grados y con zonas de nieve polvo que hacían complicado avanzar.
La parte final se empina más aún y tiene una parte de roca por medio que complica el asunto. Nosotros lo pasamos sin asegurar pero tiene su miga.
Al asomarnos al otro lado sol, por fin…. llevábamos todo el día a la sombra y estaba haciendo mucho frío, así que nos sentamos un rato a ponernos morenos. El paisaje por la zona sur era desolador, cuatro neveros perdidos. Que poca nieve!!
Tras un rato de descanso y de comer algo nos fuimos hacia la portilla de los machos. Nos dio pereza quitarnos los crampones y les pegamos 10 minutos güenos de saltos entre piedras…
Al llegar a la portilla de los machos eran las 14:30, un poco tarde. Empezamos a bajar camino del refugio y evaluamos el intentar subir al Casquerazo por la vía Nacho. Tras un ratillo mirando la guía y la realidad nos aclaramos de por donde iba la vía, pero entre que era un poco tarde y que estábamos cansadillos del pateo preferimos no meternos en un posible marrón por no conocer la vía y que se nos hiciese de noche o algo así. Así que decidimos dejarlo para el próximo día y continuamos bajando hasta el refugio. Y desde ahí tras coger fuerzas a la plataforma.
Sobre las 18:15 estábamos de nuevo en el coche, y dos horas y pico más tarde en Madrid. Esto si que es aprovechar el día. A mí en concreto me dio tiempo a ir al Carrefour y todo 🙂