Con las magulladuras y el cansancio del día anterior volvia al ataque con otro madrugón y caminito de la sierra de Madrid.
En esta ocasión íbamos Patry y yo y el objetivo era la canal de la Ceja de Peñalara, que no habíamos subido ninguno de los dos.
A las 9:20 estábamos andando hacia la laguna por el camino que sale junto al depósito, a los pocos minutos de salir del aparcamiento de Cotos.
Hacía bastante frío lo que provocaba que hubiese bastante hielo y había que ir con cuidado en algún punto.
A las 10:15 estábamos a los pies de la Canal de la Ceja con la laguna debajo nuestra. Comimos algo, un poco de agua y a calzarnos los «pinchos» y sacar los piolets.
Como es normal en un día de sol como este estaba todo lleno de gente «correteando» por todos lados. En el caso de la Canal de la Ceja había un par de parejas que estaban ya subiendo delante nuestra.
La subida era muy facilona, con un par de pasos de mixto sin mucha complicación. Aún así a mi me gusto mucho ya que es bastante vertical y muy encajonada en la roca.
Fuimos con mucha tranquilidad ya que sabíamos que era muy corta y había que disfrutarla un poco.
En una media hora habíamos superado la canal. A nuestra derecha dejamos el paso del robot… ¡Que buena pinta tiene, el próximo día me traigo la cuerda y vamos por ahí !
Al llegar arriba teníamos ante nosotros la inconfundible Ceja y a nuestra izquierda el tubo de la hermana Mayor, el cual estaba siendo atacado por las personas que iban delante nuestra.
Teníamos ganas de más así que seguimos los pasos de nuestra avanzadilla y también fuimos a por el tubo de la hermana Mayor. Además, hacía frío y medio habíamos quedado para comer así que pensamos que sería un buen sitio para subir y ya desde la Hermana Mayor bajar hacia el coche de vuelta.
La subida por el tubo fue más fácil que cuando lo subí yo el año pasado. La huella marcaba una perfecta escalera que hacía un paseo la subida, a pesar de su inclinación.
Solamente en los últimos metros la nieve estaba más dura y la huella perdía profundidad para convertirse en una leve muesca, pero aún así se subía perfectamente.
Una vez en la cima de la Hermana Mayor enfilamos el camino hacia el coche, pasando por la Hermana Menor.
El subir desde la laguna nos había llevado unos 45 minutos, a un ritmo muy tranquilo. La verdad es que se hace a poco, pero aún así es un paso bonito.