Cuando crees que tienes más o menos localizados todos los puntos interesantes de tu País te das cuenta de que sigue habiendo muchos rincones únicos de los que no has oído hablar nunca.

En este caso teníamos un fin de semana por delante y buscábamos destino. Hay muchos sitios que queríamos ir pero la mayoría estaban muy lejos así que nos marcamos un radio de unas 4 horas máximo desde Madrid y empezamos a mirar…

Tras un buen rato de búsqueda y estudio de diversos sitios me tropecé en Google con una página que hablaba en un sitio en Navarra llamado las Bardenas Reales. Una única foto me valió para llamar mi atención y ponerme a buscar mucha más información. El resultado fue que teníamos el destino fijado.

Las Bardenas Reales se encuentran en en sureste de Navarra. Está dividido en dos zonas. La Bardena Negra y la Bardena Blanca.

La Negra es una zona con mucha vegetación y una gran riqueza en flora y fauna. La zona Blanca es una zona desértica con formaciones más que peculiares formadas por la erosión y el paso de los años.

Nosotros solo visitamos la Bardena Blanca que es la más peculiar.

Hace muchos años, cuando se formaron los pirineos por el movimiento de las placas tectónicas se formaron a la vez el sistema central y la cordillera de la costa catalana. Esto generó que se crease un enorme mar interior en el que se fueron depositando hasta 4 Km de sedimentos.

Posteriormente el agua se abrió paso al Este formando el actual río Ebro y su desembocadura y se drenó todo el agua quedando esta zona desértica formada por capas de sedimentos, los cuales tras el paso del tiempo se han ido erosionando de distinta forma dando lugar a un paraje espectacular.

El centro de la Bardena Blanca es una zona militar usada por la OTAN para sus prácticas de tiro y bombardeo con cazas por lo que no se puede entrar en esta zona, pero se puede rodear mediante una pista de tierra.

La entrada típica a la Bardena Blanca se hace desde Arguedas y en pocos kilómetros llegaremos a un centro de información donde nos podrán dar un buen plano de la zona.

Desde ahí enseguida llegaremos al sitio más fotografiado de esta zona, el Castril de Terra, que encabeza esta entrada.

Desde ahí la pista continua y va rodeando la base militar, que es la parte más bonita, y que se recorre perfectamente en coche, o mejor aún en bici.

En su parte Noreste está quizás la zona más bonita en donde se encuentran dos de sus mayores cotas, el pico Piskerra (472 m) y el Rallón (500 m).

Nosotros dejamos el coche lo más cerca que pudimos de estos picos (hay pistas que se acercan pero no está permitido circular en coche) y con el bocata a cuestas nos echamos a andar.

Desde abajo estos picos de apenas 200-250 metros de altitud sobre su base se muestran majestuosos pero en realidad en muy poco tiempo podemos ascenderlos.

Nosotros desde donde dejamos el coche que sería a 1 Km de su base más o menos hasta la cima del Piskerra tardamos unos 45 minutos. La subida se hace caminando por una pista que sale desde la pista que rodea la zona militar y que va hacia la base de Piskerra, hacia la ladera que tiene forma de cara (centro de la foto anterior).

De ahí se rodea esta parte de la ladera (que tiene la caseta encima) por su parte izquierda y luego se asciende por unas escaleras hacia la caseta, por la parte de atrás. Desde ahí se ve claramente una senda que sube hacia Piskerra. También desde ahí existe una senda que nos llevará hasta el Rallón.

Las vistas son espectaculares, todo parece una maqueta de cartón piedra.

Una vez que llegamos a la cima de Piskerra volvimos a bajar y nos dirijimos al Rallón.

Nosotros en ir a Piskerra, luego al Rallón y vuelta al coche se nos fueron unas 3 horas.

Tras pasar el día por este bonito lugar fuimos a dormir a Olite, uno de los pueblos más importantes en lo referente al vino con denominación de origen de Navarra. Es un pueblo lleno de bodegas, con un castillo precioso y vino muy barato en los bares 🙂

Resumiendo… un sitio precioso y muy muy peculiar que aconsejo a todo el mundo a ir a verlo.