Me levanto a las 7 y media de la mañana con idea de ir a correr a la sierra. Miro por la ventana… no se ve nada a unos cientos de metros. Miro la previsión: Nublado y 80% de lluvia. Uff, casi que me acuesto.
Pero ahí estuvo Patri para pincharme y darme ese toque de moral que me faltaba. Así que nada, termino de preparar la mochila, desayuno y carretera hacia el puerto de Navacerrada.
Al llegar, 2º de temperatura y el día medio nublado. Todas las cumbres estaban engullidas por nubes. ¿Que ropa me llevo? Bueno, mantendré las mallas finuchas por debajo de la rodilla del Decathlon y para arriba me pondré una camiseta técnica y un cortavientos gordito.
Ale, que son las 9 de la mañana y ya he visto a dos corriendo cuando llegaba.
La ruta comenzó subiendo a la Bola del mundo para calentar bien las piernas y entrar en calor. Según iba subiendo el viento se acentuaba y el continuo entrar y salir del sol no llegaba a calentar del todo. Al llegar a las inmediaciones del chiringuito que hay arriba empiezo a notar que todo está cubierto de una debilísima capa de nieve. ¿Habrá nevado esta noche?. Levanto la vista y al fondo se medio dejan ver las antenas de Bola. Estoy metido completamente dentro de una nube con viento y fresquete, no me puedo parar. Avanzo unos pocos metros y empieza a haber más nieve, y más, y más….. pero bueno, ¿cuanto a nevado aquí?
Al llegar casi a las antenas todo el suelo está cubierto de nieve y hay zonas en las que hay más de una cuarta con lo que toca ir saltando de piedra en piedra mientras tomo el camino que se desvía justo antes de las antenas, dirección a Cabezas de Hierro.
Al llegar a la parte más alta de Bola ya todo es nieve, de 3-4 dedos hasta… no se, hasta un buen tomo de nieve así que mis dulces zapatillas de running y mis pies empiezan a acordarse de mi familia. Bueno, el plan es bajar a Cotos por la loma del Noruego con lo que rápidamente perderé altura y desaparecerá la nieve…¿no?
Pues no, la bajada por dicha loma estaba toda llena de nieve y se perdía el camino (no se veía a más de 20 metros) así que tocaba bajar medio campo a través metiéndome de nieve hasta por encima de los tobillos. Con lo bien que estaría en la camita….
Tras unos 200 metros de descenso la nieve desapareció y por fin mis pies volvían a pisar suelo seco y podía volver a correr un poco más tranquilo que eso de correr por nieve con zapatillas de running es un poco… resbaladizo.
Al llegar a Cotos crucé la carretera y sin descanso empecé a subir camino de Peñalara. Según ascendía la temperatura iba bajando rápidamente y el viento en aumento con lo que pronto me vi obligado a ponerme la capucha del cortavientos y taparme bien la cara que el viento pegaba fuerte. Mientras observaba como gente subía con equipo de pleno invierno.
Al llegar a dos Hermanas de nuevo no había ni un solo centímetro cuadrado que no estuviese cubierto de nieve, pero en este caso estaba medio helada ya que el viento venía de Norte y aquí azotaba con más fuerza que en Bola. Por unos instantes decidí darme la vuelta porque era bastante horrible correr por este terreno y además estaba de nuevo metido dentro de una nube y no se veía más de unos 20-30 metros (y mi GPS sin pilas). Pero ahí salio mi cabezonería y pensé que si me había pegado ya todo ese paseo tenía que acabarlo, como fuese.
Así que nada seguí subiendo y mientras la nieve iba aumentando. La verdad es que fue de lo más curioso. A partir de la hermana mayor de Dos Hermanas había ya un buen tomo y tenía que ir pisando sobre la huella echa porque si te salías te metias hasta casi la rodilla de nieve. Mis zapatillas iban empapadas y yo con los pies helados. Así fui adelantando a gente y llegué hasta la cima ante los ojos sorprendidos del resto de la gente.
La verdad es que la gente flipaba conmigo. Estabamos en la cima de Peñalara, todo lleno de medio metro de nieve helada, a unos 2º-3º grados y con unos 30 Km/h de viento. Eso serán unos 10º-15º bajo cero de sensación térmica. Todo el mundo hyper-equipado con ropa de ultra invierno y yo con unas mallas que me dejaban las piernas «a pelo» y que eran papel de fumar (las del decathlon de 8 €). La gente me miraba con cara rara, no se porque, jeje.
Realmente como iba muy fuerte de ritmo no tenía casi frío aunque tengo que reconocer que se me quedó el culo y la zona ingle-genital un pelín fresquita 😛
Paré en la cima 3-4 minutos a hacerle unas fotos a un grupo que me lo pidieron y un par de fotos a mi mismo con el móvil y salí pitando para abajo.
La bajada fue aún peor porque no veía nada ya que no había visibilidad por estar metido en la nube y en un par de ocasiones me despisté un poco desviándome del camino.
Una vez que dejé a Dos Hermanas atrás y empecé a descender salí de la nube y la temperatura subió considerablemente. De ahí a Cotos y vuelta a subir por la Loma del Noruego camino de Bola y de ahí al puerto de Navacerrada.
Resultado: 27 Km y 1.500 metros de desnivel positivo en 4:15 h. No está muy mal, sobretodo porque llegué al coche bastante bien de fuerzas.