Es lo que tienen los barrancos bonitos, que no te cansas de repetirlos. Y sobretodo gusta ir con gente nueva para poder enseñarselos.
Teniendo en cuenta que el día anterior acabamos bastante bien y practicamente al 100% de fuerzas, decidimos que podíamos afrontar otro buen paseito.
Nos levantamos pronto y sobre las 9 estabamos andando con el equipo a cuestas. Ya que por la mañana hacia fresquito e ibamos con las mallas/bañador y una camisetilla, nos pusimos a andar a un buen ritmo para entrar en calor. Entrar en calor lo hizimos rápido pero el ritmo no lo bajamos, y como además nos sabíamos el caminito más que bien resultó que la aproximación, que son 3 horas, la hizimos en 2:30 horas. Nada mal…
Al llegar a la cabecera nos encontramos con unos 4 grupos de 3-4-5 personas y una guía con un grupo de unas 7 personas.
Pedimos vez para entrar al cañón y más o menos entramos en la mitad de la gente, ahora, con el grupo de la guía por delante, e iban de lentos….pufff
Así que nada, echamos mano de nuestra paciencia y esperamos en cada rapel a que terminasen de bajar.
El máscún empieza con 1 salto y un rapel y luego otros 2-3 rápeles un poco más adelante. Después de esto hay un trozo de andar por el río hasta que llegamos a los oscuros. Decidimos aprovechar ese trozo y correr para adelantarlos y llegar a los oscuros antes que ellos.
Y si, se lo tomo todo el mundo muy a pecho porque correr fue poco. Volamos por el mascún. Yo me iba tropezando cada 4 metros y me pegué un buen culazo también. Al final les cogimos y les pasamos pero tuvieron que quedarse flipados de vernos pasar como una exalación.
Tras la carrerita…. por si nos habíamos quedado fríos esperando, y para no perder el ritmo, llegamos a los oscuros. La verdad es que es una zona que no te cansas de ver, preciosa. Los primerizos de este cañón estaban alucinados.
Al final acabamos bastante «rapidito» sin más retrasos. Además, a mi personalmente se me hizo relativamente corto comparado con otras veces. Seguramente porque fui muy bien todo el rato, sin cansarme, no como otras veces que he ido mucho más machacado.
A la vuelta, como siempre en guara, mucha gente escalando, lo cual te obliga a pararte un poquito a ver a la gente colgada de los techos.
Llegamos sobre las 5 al camping mascún, buena hora para comer e irnos a tomar unas cervecitas y echar unas partiditas al parchis, que se ha vuelto en un factor común de nuestros viajes.
Segundo día de pateo y creo que todos más que bien de fuerzas. Quizás Eduardo estaba bastante tocadillo de fuerzas, y con un dolor muscular en la rodilla, que le llevó todo el día bastante jodiillo.
Al día siguiente…. los oscuros de Balces (tripitiendo, también).