Un domingo tonto por delante sin ningún plan concreto y algo de mono de barrancos encima de nuestras cabezas.
Con ese planteamiento decidimos acercarnos a hacer la cascada más grande de Madrid, las Cascadas del Duratón o Arroyo del Puerto.
Es un barranco que yo ya he realizado dos veces, pero que ni Patri ni la recién iniciada Rosana conocían.
Así que nada, nos acercamos el domingo al puerto de Somosierra. Salimos tranquilamente y sobre las 11:30 estábamos aparcados al comienzo de la pista que marca el inicio de la aproximación.
Subimos a la cabecera por donde pudimos y en unos 30 minutos o incluso menos llegábamos a la parte más alta donde nos encontramos con una buena cola de gente esperando para descender.
Parece ser que un hombre fue con su hijo y el chaval… pues lo pasó un poco mal y tardaron lo que no está escrito en bajar la primera cascada. Bueno, es normal, que le vamos a hacer.
Lo que pasa es que nos juntamos unas 8 personas detrás que al final resultó en una hora de espera.
El barranco llevaba bastante agua con lo que nos dimos un buen remojón. Y estaba extremadamente resbaladizo, mucho más de lo que recordaba.
Al final de la primera cascada había un grupito de gente «bañándose» en la cascada. La verdad es que el agua estaba fresquita y alguno se metió en pelota picá.