Tal y como habíamos planeado, este fin de semana hemos viajado hasta Granada, para repetir el cañón de Rio Verde.
La idea era ir con gente primeriza y enseñarles este bonito deporte. El señor Lorenzo nos acompañó en todo su explendor durante todo el día y al final todos acabamos muy contentos.
El cañón traía más agua que la otra vez que estuvimos, lo que lo hizo más divertido, pero sin llegar a ser complicado en ningún momento.
Las tres personas nuevas que fueron, dos amigos mios y el padre de mi compañero de odiseas, y la que repetía por segunda vez un barranco, la hermana del mismo loco, acabaron cansadas pero creo que muy satisfechas con la experiencia. Seguramente alguno repita, no lo dudo.