Llevábamos 2 días de camino, dos días de bastante kilometraje y poco desnivel. Hoy cambiaba un poco la cosa y teníamos por delante una etapa más corta, pero con la subida a Cruz de Ferro, el punto más alto de todo el camino.
Salimos sin demasiada prisa de San Martín del Camino. Siempre éramos de los últimos y esta vez no íbamos a ser menos.
Tras pasar Orbigo el camino se empezó a estropear y nos encontramos con sucesivas cuestas de tierra en muy mal estado. La verdad es que esto a primera hora, y sabiendo lo que nos quedaba, asustaba un poco. Nos machacó bastante.
Por el camino nos encontramos con esta “estatua” bastante peculiar, a la que la gente le iba poniendo accesorios.
Poco después llegamos a un alto desde el que se veía Astorga. Por fin habíamos dejado de subir por las tortuosas rampas de tierra y piedra suelta. Ahora había que dejarse caer hasta Astorga.
En Astorga paramos en el albergue municipal para que nos sellaran la compostela. Yo también me compré unos guantes ya que no me había traído y con tanto camino (y sin amortiguación en la bici) llevaba un dolor de manos que se me estaban saltando las lágrimas. Hasta aquí no había visto ni una sola tienda de bicicletas, y no podía dejar pasar la ocasión.
Cruzamos Astorga camino de un bar que nos recomendaron para desayunar. Por el camino pasamos por delante de la catedral, y una iglesia que hay pegada, y que parece un castillo sacado de un cuento, preciosa.
Tras comernos el bocata de media mañana y estar un ratito sentados en la terraza del bar, disfrutando del maravilloso tiempo que hacía, nos volvimos a sentar en nuestra tortuosa máquina revienta culos y nos dirigimos hacia Rabanal del Camino, pueblo que marca el comienzo de la subida a Cruz de Ferro.
Hasta Rabanal del Camino no hay más que rectas por una carretera secundaria. Por aquí nos encontramos con un fuerte viento de cara que no nos abandonaría en todo el día y que nos hizo sufrir mucho.
Hasta Rabanal del Camino se nos hizo muy largo y llegamos (o yo por lo menos) bastante cansadillos. Una breve parada para tomar un aquarius, meternos en el cuerpo un gel del glucosa y a seguir que nos quedaba un buen trecho.
A partir de aquí la carretera empezó a coger inclinación y empezaba el plato fuerte del día. La subida no era demasiado pronunciada en ningún momento (o casi ninguno) pero era muy larga, que unida al fuerte viento de cara hizo que fuese un auténtico castigo el avanzar. A parte del culo y el cuello, los tres íbamos con molestias en los isquiotibiales y los míos a mitad de cuesta empezaron a decir basta y esa molestia se convirtió en dolor.
Tras un par de paradas, muchas gotas de sudor, y un buen rato llegamos a Foncebadon, que es un pequeño pueblo que está ya muy cerca de Cruz de Ferro. Allí paramos y descansamos un buen ratillo. Era un pueblo muy curioso y bonito, con unas cabañas rollo Celta.
Yo me hubiese quedado todo el día tumbado en aquel césped pero había que seguir. De nuevo vuelta a coger la bici y en media hora más estábamos en Cruz de Ferro. Yo llegué con la pierna hecha polvo, con bastantes dolores, pero bueno, ya había pasado lo peor.
Tras unas cuantas fotillos de rigor, y según dicta la tradición tiramos una piedra. Lo único que en vez de llevarla desde el origen, la traíamos solo desde poco antes de Astorga..
A partir de ahí teníamos por delante más de 20 kilómetros de bajada, hasta Ponferrada. La bajada, al igual que la subida bien empinada, así que bajamos a toa leche; una gozada.
Cuando habíamos bajado un buen trozo íbamos pensando en parar a comer que ya era medio día. Pasamos por el micro pueblo de Manjarín, el cual no tenía mucha pinta de tener un buen restaurante.
Continuamos y poco después llegamos a Acebo, el cual tenía mucho ambiente y mucha mejor pinta. A la entrada nos encontramos a un grupo de españoles que también venían en bicicleta; en su caso desde Mérida.
Avanzamos por el pueblo y nos quedamos a comer en un restaurante que había a mano izquierda.
Tras comer nos tumbamos un rato en una magnífica terraza que tenían en la parte de atrás. Pufff, que bien se estaba allí.
Y tras haber descansado un buen rato proseguimos camino hasta Ponferrada. Continuamos bajando, y bajando, y bajando…. así da gusto !!
Al llegar a Ponferrada fuimos al albergue municipal. Preguntamos y si, tenían plazas, y además eran gratis (la voluntad).
Descargamos, nos pegamos una ducha y nos fuimos a dar una vuelta por el pueblo, tomar una caña y comprar algo para cenar.
Tras la cena de picoteo nos fuimos a dormir a la mega habitación para 100 personas en que estábamos.
Datos de la etapa:
Inicio: San Martín del Camino
Fín: Ponferrada
Kilómetros: 79 Km
Desnivel acumulado: 1252m
Tiempo pedaleando: 6h 46m
Velocidad media: 11,6 Km/h
Track: DESCARGAR
Kilómetros totales: 279,5Km
Desnivel acumulado total: 2748m
Tiempo pedaleando total: 18h 37m
Velocidad media global: 15 Km/h
Un pensamiento en “Camino de Santiago Francés en bicicleta (Etapa III)”