El domingo nos juntamos los supervivientes del máscún para hacer otra actividad. En este caso la Ferrata del espolón de la Virgen de Rodellar.
Los que estaban levemente lesionados, magullados o simplemente cansados (o tenían canguele, que los había) se quedaron en el camping tranquilitos.
Para la Ferrata fuímos Patri, Nelson, Pablo, Rosana, Luis y yo.
Poco que comentar, un poco de miedo al principio para los nuevos, un poco en los tramos más verticales y un gran alivio al llegar arriba. Ese fue el resumen. Tardamos unos 50 minutos en subirla.