Hacía ya unos años desde la última vez que estuvimos en el Aneto.
Tras cancelar la salida prevista para el puente de Mayo, por el mal tiempo, tocaba este fin de semana aunque las previsiones no es que fuesen las mejores ya que nos daban lluvia a partir del sábado a partir de las 15:00 h.
Con esta previsión llegamos a Benasque a las 12 de la noche del viernes y rápidamente nos acostábamos ya que nos tocaba madrugar, madrugar de verdad.
A las 3:30 AM del sábado estábamos en pie, cada uno poniendo la mejor cara que podía, pero no quedaba otra opción ya que es una ascensión muy larga y teníamos la supuesta hora límite de las 15:00 PM para estar de vuelta en el coche si no nos queríamos mojar.
Desayunamos, por llamarlo de alguna forma, y a las 4:30 estábamos saliendo del albergue en el que nos alojábamos. A las 4:55 AM habíamos aparcado los coches en la Besurta y estábamos andando los ocho que íbamos en esta ocasión, cada uno con su respectivo frontal.
Éramos de los primeros pero tras pasar la Renclusa nos fuimos muy a la derecha (yo hacía las veces de guía, sorry) y dejamos de subir por el camino bueno, si es que hay alguno, y subíamos por una senda que discurre hacia el ibón de la Renclusa.
Tras unos cientos de metros ascendidos hicimos una travesía para volver al camino normal de ascensión. No fue nada grave pero nos chupamos unos metros por un camino más empinado e incómodo de la cuenta. Bueno, fue una buena forma de calentar las piernas.
A partir de este momento la nieve hizo acto de aparición y enseguida nos calzamos los crampones y continuamos hacia el portillón superior. Había algún grupo que iba por delante nuestra y una verdadera ristra de montañeros que nos seguían los pasos. El Aneto tendría muchos visitantes hoy.
A las 8:20AM alcanzamos el portillón superior en donde ya se reunía un nutrido grupo de gente comiendo, bebiendo y descansando.
Tras unos minutos de descanso y las pertinentes fotos empezamos a descender el portillón superior para afrontar la larga travesía por el glaciar del Aneto, cubierto por la nieve, que nos llevaría a la cumbre de este.
Las vistas desde el portillón superior son impresionantes, viendo al fondo el Aneto, Coronas, Pico del Medio, Punta Astorg y Maldito (de izquierda a derecha).
En este punto a algun@ las fuerzas empezaban a fallarle y aún quedaba mucho, pero a base de ir despacio, comiendo, bebiendo y con chutes de glucosa/geles fuimos avanzando todos. Al final nos separamos en dos grupos de cuatro personas. Yo que iba en el grupo más adelantado llegamos al collado de Coronas a las 9:45AM. Allí había un montón de gente descansando y mucha más venía justo detrás nuestra así que decidimos hacer una mini parada y continuar rápido para evitar coincidir con toda esta gente en el paso de Mahoma.
El último y empinado tramo hasta la cumbre la subimos a buen ritmo, adelantando gente que iba ya muy desfondada.
Nos cruzamos con un hombre que iba solo y me preguntó si se había puesto bien los crampones, que se daba la vuelta porque le daba vertico el paso de Mahoma. De verdad que la gente no aprende. Está claro que el Aneto no es un pico técnico pero el ponerse unos crampones es básico y no se puede ir por ahí solo sin estos conocimientos básicos. En fin… siempre hay alguno así.
Al llegar al paso de Mahoma por suerte no había mucha gente y pudimos pasar sin muchos problemas. A las 10:35AM hacíamos cima con un día magnífico y una temperatura buenísima que permitía prácticamente estar en manga corta.
Habíamos tenido una noche rasa con una temperatura buenísima y toda una mañana sin una sola nube. A la hora de hacer cima estaban formándose nubes ya un poco grandes lo cual cumplía al 100% las previsiones meteorológicas.
Quiero dejar constancia de que Dani hizo el amago de pasar el paso de Mahoma y se cagó. Y Nacho ni siquiera lo intentó lo cual es peor. Mal eh!!, esto de dejar las cosas sin terminar y a medias…
Sobre las 10:55 llegaba a la pre-cumbre el otro grupo en el que venían Lara y Rocío. En esos momentos nosotros atravesábamos el paso de Mahoma de vuelta. La cantidad de gente que había ya era brutal y aquello parecía el rastro de Madrid. Ellos se pusieron a la cola para esperar su turno y subir a cima. La verdad es que era impresionante la cantidad de gente que había, no cabía ni un alfiler en la precumbre.
Tras un buen rato descansando y disfrutando de la cima comenzamos a bajar. Eran las 12 PM y en la cumbre ya había muchas nubes. Tenía clara pinta de que por la tarde llovería.
Para bajar decidimos hacerlo por el glaciar de Barrancs hacia Aigualluts por bajar por otro lado.
La bajada resultó más incómoda de lo que hubiésemos pensado ya que había mucha nieve blanda y nos íbamos clavando hasta la rodilla todo el rato. Se bajaba rápido pero era cansado.
Y aquí es cuando vino la anécdota del fin de semana. Lara empezó a tirarse de culo, como hemos hecho otras muchas veces. En cierto momento empezó a bajar de culo hacia Dani y hacia mi, que estábamos un poco más abajo. Se empezó a acercar a nosotros despacio pero directo y al final se le metió medio entre las piernas a Dani, el intentó quitarse y el resultado fue que le piso a Lara en el muslo, con el crampón !!
La escena fue que el herido tenía un siete en el pantalón bien gordo y estaba cagándose en todo ser viviente. La verdad es que nos asustamos todos bastante, sobretodo porque él no quería ni levantarse el pantalón porque no quería ni vérselo. Rápidamente siguió bajando sin hacernos caso.
Tras repetírselo varias veces accedió a levantarse el pantalón. El mientras llevaba un rato diciendo que le dolía hasta la rodilla y que notaba como (palabras textuales) «le brotaba la sangre». La verdad es que con esto acojonaba.
Se levantó el pantalón y… pues nada, tenía un buen picotazo pero la verdad es que sangre…. lo que se dice sangre… no había prácticamente nada, jeje. La verdad es que fue gracioso el momento, y lo de la sangre brotando quedará para los restos, que lo sepas mariquita !!!
Sea como sea tenía un buen «pinchazo» del crampón y le estuvo jodiendo bastante toda la bajada.
Tras bajar toda la loma del glaciar de Barrancs y llegando a la parte más baja donde empezaba a desaparecer la nieve el camino se convirtió en un campo de minas lleno de agujeros en los que creo que todos caímos y metimos la pierna hasta la ingle, al menos una vez.
El caso más extremo se lo llevó Rocío que metió el pie en un agujero y se le quedó la bota enganchada. Gracias a que no tenía la bota excesivamente atada consiguió sacar el pie y luego tras cavar un agujero recuperar la bota que se había quedado enterrada junto con la polaina. Vaya tela…
Y desde aquí y tras un buen rato saltando bloques de piedra llegamos al Forau de Aiguallut. Eran las 14:45 y el tiempo empezaba a amenazar lluvia. Las previsiones daban lluvia para las 15:00. Lo estaban clavando….
Y lo clavaron porque a los 5 minutos empezó a chispear muy tímidamente y a mitad de camino de Aiguallut a la Besurta empezó a llover, cada vez con más fuerza, y al final nos estuvo lloviendo con bastantes ganas, aunque podía haber sido mucho peor para ser Pirineos. La verdad es que los de la previsión meteorológica lo clavaron al minuto durante todo el día. Si fuesen así de efectivos siempre yo les ponía un monumento, pero no es el caso 🙂
Sobre las 15:30 estábamos en el coche ya y de ahí a la ducha del albergue y luego a tomar unas cervecitas y un buen chuletón de cena, que nos lo habíamos ganado.