Con mucho sueño. Así es como amaneció el domingo en el que teníamos que darnos un «paseito» por la sierra de Madrid. Nos esperaban unos 19 Km con 1.200 m de desnivel positivo acumulado.
A las 8 salimos de Madrid y a las 8:45 estábamos en el puerto de la Morcuera. el termómetro marcaba sobre los 7º y corría vientecito lo que hacía que no fuese muy agradable la cola para recoger el dorsal. Y es que con esa cola empezó la mala organización de la carrera.
La carrera tuvo dos puntos muy mejorables. Por un lado a nivel de organización, tanto en la salida como en la meta. Por el otro el que presentaron la carrera como una carrera «normal», pero realmente era una carrera de autosuficiencia, y eso hay que avisarlo !!
Tras un buen rato haciendo cola se dieron cuenta que con dos filas iríamos más rápido que con una y la cosa aceleró un poco. Tras recoger los dorsales vuelta al coche a ponernos el traje de gala.
Por mi parte cometí varios errores. Cené mucho y desayuné poco y mal (una triste tarta de manzana y un café), además de al final decidir no llevar ni agua ni comida ya que había avituallamientos. Lara lo hizo mejor con sus plátanos para el potasio, sus geles energéticos y un bidón de agua isotónica.
A las 9:35 una bocina daba el «pistoletazo» de salida lo que resultó un un rebaño de corredores afrontando la primera gran rampa hasta la Najarra. Los primeros pasos corriendo y después el 90% de la gente ya andando, aunque a buen paso. La verdad es que la subida fue una buena forma de entrar en calor, con un gran desnivel y con pasos estrechos que a veces hacían pequeños embotellamientos de gente.
Al llegar a lo alto el primer avituallamiento líquido… que consiste en un vaso de los de plástico blanco típicos, lleno por la mitad de bebida isotónica. Madre mía, creo que no me llegó ni para saborearlo.
Menos mal que el día acompañaba con un cielo claro, un sol empezando a levantar y una temperatura agradable que hacía que las vistas fueran magníficas, aunque poco se podían disfrutar porque toda la carrera fue muy técnica y no podía levantar la vista del suelo.
A partir de este punto había una consecución de tramos de subida y bajada con los que íbamos cogiendo altura y la gente se iba estirando, tomando cada uno la posición que le tocaba con su forma física. Toda esta parte la pasamos bastante bien y por fin llegamos a la subida que nos llevaría hasta la hermana mayor de cabezas de hierro. Esta subida fue bastante dura y por esa zona llevábamos ya un buen rato con fuerte viento que hacía que hiciese algo de frío. Mis piernas empezaron ya a flojear un poco, seguramente por empezar a ir corto de líquido y menos mal que Lara llevaba algo de agua que sino…
Superada la hermana mayor habíamos llegado al punto más alto, lo cual daba un buen subidón de moral. A continuación bordeamos la hermana menor por su vertiente sur, el cual es un verdadero caos de bloques que nos reventaron las piernas. Ya hemos entrado en calor !!
Y desde aquí quedaba lo más fácil.. cuesta abajo, con un par de subidas leves y llegaríamos a la Bola del Mundo donde estaba mi ansiado segundo avituallamiento.
En la subida que llega a Bola me empezaron a dar amagos de calambres en los gemelos y muslos así que aflojé un poco el ritmo y Lara se me fue un poco. Al llegar al avituallamiento me dieron otro vaso de plástico (esta vez lleno !!) de bebida isotónica y un vaso de agua. La organización estaba que tiraba la casa por la ventana !! Con eso afronté la cuesta que lleva hasta el bar que hay poco más abajo de las antenas, intentando estirar mis gemelos mientras corría ya que me estaban dando semi-calambres todo el rato.
Llegada al bar y oh, sorpresa cuando me dí cuenta que no íbamos a bajar por la pista asfaltada, ni por la senda que baja en dirección sur. No, tocaba bajar por la pista de esquí que baja justo por debajo del telesilla. Vaya bajadita que nos chupamos…. un pedregal empinadísimo que ya te machacaba las piernas del todo. En ese momento tenía a Lara a la vista, unos 100 m delante mía así que tenía que intentar cogerle por lo que me jugué el tipo y bajé la pista de esquí como un demonio adelantando a otro corredor. Menos mal que no tropecé porque no se donde hubiese acabado.
Al final entre la bajada que hice y que Lara me esperó un poco nos juntamos justo antes del cruze de carreteras del puerto de Navacerrada. Desde ahí nos quedaban 200 metros hasta el albergue y por tanto la meta. Ya está echo…
… o eso pensé pero resultó que el cambio de ritmo/rasante me destrozó y en cuanto dí 10 pasos me volvieron los amagos de calabre, y cada vez más fuertes. Lara me gritaba para que diese un último empujón, pero la verdad es que me era imposible porque por cada paso me daba un tirón. Me paré por un momento a estirar y todo a unos 20 metros de la entrada al albergue, pero me dí cuenta que no me valdría de nada a no ser que estirase un buen rato y continué. Entré en «meta» mientras se me subían las dos bolas de los gemelos y me caí/tiré al suelo casi a los pies del hombre que marcaba los chips porque se me habían subido los gemelos y no me tenía ni en pie. Y digo en «meta» porque sigo buscando el portón de meta. Allí la meta era un tío con un aparatito en la mano para marcarte el chip. Al hombre ni se le veía así que tenías que buscarlo, y mientras otra mujer pedía insistentemente que le devolviese el chip. ¡¡ Pero me puede dejar 2 minutos que tengo los gemelos de corbata !!
Vamos, una entrada por todo lo alto. Tras estirar un rato todo se quedó en unos gemelos agarrotaditos y poco más así que entré a pillar algo de comida y bebida y… oh, bendita organización.
Quedaba una montaña de pieles de plátano, unos pocos trozos de chocolate, unos vasos de caldo y agua isotónica que te tenías que echar en vasos sucios y reutilizados por otros. Horrible de verdad. Hubo una persona a mi lado que preguntó por los vasos y la respuesta fue: «es lo que hay».
Bueno, haciendo resumen la carrera me gustó mucho ya que el día que nos hizo fue magnífico, el recorrido me gustó mucho tanto por las vistas como porque era muy técnico, lo que lo hace más dinámico, y porque al no ser demasiado larga no es muy dura sicológicamente. Ya veremos cuando salgan las clasificaciones pero nuestro tiempo estuvo en 2h 55m aproximadamente lo cual para mi es un buen resultado. También físicamente me encontré muy bien de fuerzas, simplemente que el problema de los calambres me las hizo pasar muy mal. Nunca me habían dado calambres corriendo pero seguro que la próxima vez no se me olvidan los plátanos, las bebidas isotónicas y demás.
Como punto negativo la organización. Principalmente porque tenían que haber dicho que era una carrera de autosuficiencia y así habríamos ido preparados porque al final resultó que hubo dos avituallamientos. Uno muy cerca de la salida y otro muy cerca de la meta. Y ambos realmente pobres. Me parece lamentable que una carrera en la que he pagado 21 € me den un chupito de bebida isotónica. Entiendo que es complicado llevar cosas a esos sitios pero hay alternativas.
También muy lamentable que no exista una meta marcada. La meta era la zona del albergue, dependiendo de lo rápido que encontrases al tío que te marcaba el chip pues llagaban antes o después.
Y peor aún me parece que llegues a la meta con ganas de reponer fuerzas y te encuentres con que solo hay plátanos, chocolate, caldo y bebida isotónica. Y de esto los plátanos se habían agotado y el caldo y el isostar tenías que beberlo en vasos reutilizados. Me parece lamentable por el dinero que costó.
Un pensamiento en “XXIII Cross de Cuerda Larga”